¡PRUEBA SUPERADA! Ya sí que soy Filipina
David, David, ¡quiero convertirme en una auténtica filipina!. Quiero comerme un Balut.
Argg en serio?
¡Que si! ¡Que sí! No quiero marcharme sin probarlo.
Y bueno, os preguntareis. ¿Qué es un Balut /Balot?
Un balut/balot es un encantador patito, que antes de terminar su proceso de incubación es recogido en forma de huevo, para ser cocido y así deleitarnos nuestro paladar.
No perdáis detalle, no tiene desperdicio.
¡Qué!, ¿Os animáis?
Para los filipinos es un afrodisíaco en toda regla.
Frases como estas se oían, siempre que salía en una conversación el famoso Balot
“STRONG MEN” (hombre fuerte),
“If you eat this, you will have a funny night for sure” (si te comes esto, ten por seguro que tendrás una noche divertida)
Y bien, tras haber probado este “exquisito filipino manjar”, os contamos.
- Sabor: huevo cocido.
- Textura: difícil de expresar. Para nada se notan las patas, el pico, o las plumas.
- Líquido: cantidad moderada, escasa diría yo, menos de la que esperábamos.
- Condimentos: sal y/o vinagre.
Así fue como iniciábamos nuestro viaje a Filipinas. Concluía un día increíble e improvisado, repleto de emociones, sensaciones y reencuentros familiares.
Hoy ha dado para mucho, no sólo hemos visto cosas curiosas, sino que también hemos conocido de cerca y de buena tinta, la cultura y costumbres Filipinas. Hemos pasado más de 24 horas con mi familia.
Nos recibían con sus mejores galas, la ocasión lo merecía, es para ellos todo un orgullo que alguien viaje desde tan lejos para conocerles a ellos y a su país.
Una estupenda, magnífica, variada y gran comilona Filipina, llena de platos típicos, postres deliciosos, y novedosas frutas ante nuestros ojos.


Una invitada inesperada, la vecina y amiga de mis tíos, ha insistido en mostrarnos parte del legado importante del pueblo donde nos encontramos, Tanay Rizal. Situado en la Isla de Luzón, 57km al este de Manila (3h aprox en coche dependiendo del tráfico).
Apenas sin haber reposado la comida, dos excursiones nos tenían preparadas. Visitas que nunca antes nos habríamos planteado realizar, pero que por el entorno, el lugar y el momento, nos dejamos llevar.
Las Visitas fueron: El campamento militar y la majestuosa Mama María (Virgen María).
Para no parecer irrespetuosos, a veces en la vida hay que realizar cosas en las cuales uno no se siente del todo cómodo, como en nuestro caso visitar un campamento militar. Lugar en el cual se respiraba Hostilidad. Hicimos de tripas corazón, pensamos que nos podría servir para conocer y ahondar más así en la cultura y acciones de interés del país.
La otra sorpresa que nos tenían preparada era una visita a una gran Virgen María. Llamada por los autóctonos “Mama María”. Enclavada en un entorno muy cuidado a la vez que precioso, en una montaña rodeada de gran vegetación. En el interior de la misma, una capilla se encontraba, y dónde pudimos presenciar una pequeña misa, en inglés debido a nuestra presencia, en lugar de tagalo (idioma hablado en filipinas sobre todo en la isla de Luzón).
Pero lo mejor estaba por llegar… Ese paseo en el tricycle de mi tío, por las calles y parajes del pueblo, sin duda uno de los paseos más disfrutados del viaje, os lo estoy relatando en primera persona y me invade un sentimiento enorme de nostalgia y pena.
¿Cuando volveré a tenerlos cerca?. Retrocedería en el tiempo para vivirlo, una y otra vez. Esa sensación de felicidad que recorría nuestros cuerpos. Felicidad como la que puede sentir un niño cuando se despierta el día 6 de Enero y abre los regalos que lleva esperando un año entero.
Yo, no sólo un año, sino muchos días, año tras año, casi una vida entera… Para disfrutar de algo que nunca llegaba y que por fin estaba pasando. Esas miradas con David dentro del tricycle, que se cruzaban y decían ”disfrutemos de esto”. Porque en un viaje lo importante no sólo es qué ver, sino ¡qué sentir!
Una ruta turística, guiada por mi prima y mi tío, llena de risas, donde pudimos conocer un poco mejor la historia de la familia Rumbaoa y conocer el lugar donde mi madre pasó varios años de su infancia, y dónde se formó en sus inicios.
Para proseguir así el día con la fabulosa merienda del Balut, una exquisita cena y posterior reunión familiar.
Porque una cosa os hacemos saber, los filipinos cuando celebran algo, lo celebran a lo grande, y ¡con comida por doquier!
Espero haber transmitido un poco como es pasar un día con gente Filipina y haber desmitificado el acto de valentía de comerse un Balut .
Hacednos caso, Si visitáis filipinas no os marchéis sin antes haber hecho el intento. Y si no habéis sido capaces o lo suficientemente valientes, ¡lo importante es participar! ; )
Buenas noches nos vamos a dormir
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