PORT BARTON en Palawan…Cuando un lugar roza la Perfección
Port Barton , Port Barton, cuanto te echo de menos, quiero sentirte de nuevo, esa paz y tranquilidad que me transmitiste, esos días de desconexión y relax…
Recuerdo el día que llegamos a Palawan, justamente a Puerto Princesa, el camino hasta encontrarnos no se me hizo tedioso, pues solo pensaba en las ganas incesantes de tener nuestro primer encuentro, estaba ansiosa y algo nerviosa por nuestra cita a ciegas. ¿Cómo serías? ¿Qué me iba a encontrar? ¿Qué sentiría? ¿Qué iba a ver? ¿Qué me ibas a mostrar?.
Pues bien, te doy mil millones de gracias por los grandes recuerdos que nos regalaste, y te escribo estas palabras en agradecimiento a todo lo que significó el conocerte y para que así sepas que fue lo que más nos gustó de tu catálogo de presentación. Pero no sin antes hacer mención a tu querida Claudia de Soloida, sin ella jamás te habríamos conocido.
Todas las mañanas comenzaban de la misma manera, tu puesta en escena era espectacular.
Bellos amaneceres que nos invitaban a pasear por tus orillas, fotografiar los barcos que se preparaban desde nada más iniciarse el día.
Bien temprano, tus calles se encontraban repletas de niños, para comenzar las clases . Procurábamos hacer coincidir nuestro desayuno con la hora del cole de los peques, y así poder encontrarnos con ellos, tan lindos y risueños. Seguidamente comenzaban a salir de nosotros esos ”give me five” y los “maganda” ( guapa en Tagalo).
Nos enseñaste sus encantadoras sonrisas y miradas, todas ellas tímidas al inicio, y conforme avanzaba nuestra conversación, se tornaban en confianza y cercanía.
Esos desayunos dulces y salados para campeones aventureros, disfrutados tanto en el Restaurante Gacayan, como en nuestro Hostel.
Nuestra increíble excursión a White Beach, ¡Qué grande eres! No quisimos hacer caso a ningún paisano tuyo, todos nos decían que era complicado llegar hasta allí, y fue una de las mejores aventuras vividas en este viaje, la ruta para llegar fue espectacular, ese bote para cruzar tu río, esa línea de rocas para llegar, y ver esas filas de palmeras que simulaban tu flequillo, tus aguas cristalinas de color azuladao-turquesa, nuestra sola y única presencia en ese lugar tan maravilloso. (Próximamente en nuestro Canal de Youtube Tragaviajes un VBlog donde os la mostramos. SPAM!! Y no olvides suscribirte )
“David, ¡corre carga el móvil y la batería del portátil! Recuerda que sólo hay luz de….”
Esos cortes de luz programados que para nosotros no fueron un inconveniente, al revés, llenaban de un encanto especial nuestra estancia y el lugar, para dar paso a las velas y a esos momentos en los que reina el silencio, o como mucho el ligero murmullo de la gente que se encuentra en el bar del hostel cercano a la playa, y momentos para dejar volar la imaginación…
Tus cenas y comidas, con menú a escoger, con plato y bebida incluida a 50 php (1eur) en ese restaurante tan bonito y familiar, con paredes coloridas como a mí me gustan.
Restaurante Gacayan, en el que nada más entrar podías ver al fondo una barra en la que encima había una serie de ollas donde podías escoger que tomar. Detrás, la cocina y a nuestra izquierda una mesilla donde una amable mujer se encontraba para así poder pagar. Justamente en la esquina, siempre la presencia de dos varones viendo el Campeonato asiático de la FIBA. Si hay que elegir cual es el deporte más admirado por los Filipinos… ese es el Baloncesto.
Esa gente que nos presentaste y se nos cruzó por el camino, como la atenta y encantadora Len Len, dueña de ese cálido, completo y casi familiar alojamiento, junto a una trabajadora excepcional, Beth.
Nuestro capitán de Barco, Nimrod, y su ayudante de barco, Don, que nos guiaron en ese fabuloso Island Hopping, con su Bangka para nosotros 2 solos, visitando increíbles playas, como la Paradise Beach, German Island, donde disfrutamos de una maravillosa comida de ensueño, como si de un Honney Moon Trip se tratase.
Nuestros primeros “Snorkeling” en Filipinas para bailar contigo, en ese gran salón que no tenía fin , con un mobiliario delicado y espectacular. Al son de las olas del mar, con todos aquellos espectadores tan coloridos mirándonos.
Todos elegantes , con sus trajes de alta costura, a la última moda, con estampados rallados, con reflejos, con destellos plateados , con colores atrevidos, un sin fin de estilos. Y la aparición estelar de una gran sorpresa en nuestro gran baile, que me hizo sentir como si en un un sueño me encontrara…
Me despido sin más, no con un Adiós, sino con un Hasta pronto, porque si hay algo que más anhelo desde ahora, es volver a Filipinas, para así sentir de nuevo esa alegría y felicidad que nunca jamás olvidaré.
Fdo: Una enamorada más…de ti…
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