¿Ruta a Filipinas? Qué más da…
Ese nudo en el estómago, esos nervios de última hora, querer preparar eso que no has hecho en los últimos 3 meses desde que compraste el billete “de Ida”, y desgraciadamente “de vuelta”.
Visitar a la farmacéutica del barrio, más que el resto del año junto, desempolvar el cepillo de dientes de viaje, no olvidar guardar ese libro que llevas durante 3 años leyendo, únicamente durante los viajes. Desvelos en plena noche, porque algo se te ha olvidado apuntar en la lista. Meter-pesar-sacar-meter-pesar… la mochila, y más nervios.
Luis, mi maestro de Karate, siempre me decía durante los campeonatos, “Si estas nervioso, significa que eres un buen competidor”, y ahora me digo a mí mismo “No pasa nada, esto quiere decir que eres un buen viajero”.
En este punto nos encontramos, a tan sólo un día de marchar a Filipinas.
Éste está siendo un previo, y preparación de viaje, atípico, por varios motivos.
- 1) Es la primera vez que realizo un viaje largo (unos 26 días) con pareja
- 2) Es la primera vez que Irene realiza un viaje de este tipo
- 3) Dependemos mucho de los tifones, es por esto que no queremos reservar ningún vuelo interno, y de esta manera tener 100% de flexibilidad, una vez allí, para ir diseñando la ruta
- 4) Y el último, pero más importante… Para Irene, y en consecuencia para mí, no es un viaje cualquiera, es un viaje con un fuerte componente emocional
Así es, un viaje con mucha carga sentimental, es el reencuentro con una familia que apenas conoces, unas raíces y una cultura de la cual no te sientes , pero que en algún rinconcito de ese enorme corazón tienes guardado. Una emoción que cae sobre tus mejillas a medida que se acerca el día, a medida que ves más cerca poder abrazar a tu familia.
Eras una niña, de tan sólo 9 años, cuando los viste por primera y última vez, una niña inocente, que aunque lo sigues siendo, esta vez sí que eres consciente de lo que vas a vivir, está vez tratarás de disfrutar de esos primos pequeños, que ya no lo son tanto, como si fuera la última vez… aunque estoy seguro de que habrá más.
Por todo esto, y en especial por este componente emocional para Irene, la ruta y qué visitar, pasa a un segundo plano. Podríamos visitar muchas más islas paradisiacas, o lugares únicos (que también lo haremos) , pero la máxima prioridad de esta ruta es llegar a Bacarra, Ilocos Norte, donde nacieron sus abuelos, donde nació su madre, donde estuvo cuando era esa niña de 9 años.
No será sencillo, debido al periodo de lluvias y tifones que asolan la zona en esta época, pero una cosa tengo clara… Quiero llegar hasta allí por ELLA, el resto de la ruta “ME DA IGUAL”.
No os engaño si os digo que cuando empecé a escribir este Post tenía pensado contaros la ruta que tenemos planeada, pero finalmente me ha salido esto… Y que bien me siento.
No quiero ahora aburrir con lugares, aviones, barcos, autobuses… lo mejor será que, a nuestra vuelta , realice otro Post con la ruta realizada.
¡¡Filipinas, allá vamos!!
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